Bioshock


Bioshock es un buen ejemplo para todos aquellos que defienden los Videojuegos como una manifestación artística más, a la par con el cine o el cómic, como elementos representativos del arte del siglo XX.

En realidad, todo esto no es porque Bioshock sea una obra de arte -que no lo es-, sino que tiene una dirección artística sobresaliente, a un nivel superior a la media cinematográfica. Bioshock rezuma arte: sus esculturas, su arquitectura, su puesta en escena... Hasta su temática está intensamente relacionada con el arte. Y la locura.



Por que, a quién, si no a un loco, se le ocurriría crear una Utopía en el fondo del océano. Una ciudad en la que hombres de negocios, científicos y artistas no tuvieran cortapisas para desarrollar sus sueños. Una ciudad en la que los sueños se terminaron convirtiendo en pesadillas, y los genios, en dementes.

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Pasear por Rapture, la ciudad submarina, nos hace anhelar haberla visto en su momento de esplendor, con las calles llenas de ciudadanos dichosos, en vez de splicers homicidas; la risa de los niños, en vez de las cancioncillas tenebrosas de las Little Sisters; las esculturas como símbolo del triunfo, no de la opresión...

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Son múltiples las influencias artísticas en Bioshock, que abarcan campos como la literatura -el Gran Hermano de Orwell y el Mundo Feliz de Huxley de la mano; con este último comparte, me temo, el punto de partida: en la novela de Huxley se comenta un intento de construir una sociedad compuesta por alfas que terminó en la locura y la destrucción-; el ensayo -la Utopía, de Moro-; el cartelismo de la publicidad estadounidense de los cincuenta; el art déco; guiños a múltiples videojuegos, como la saga Fallout, PacMan y por supuesto a System Shock 2 -padre espiritual de éste-.





¿El juego? Como juego está bien. Alterna misiones de acción frenéticas con zonas de terror; posibilita ciertas estrategias al jugar con gran variedad de armas, plásmidos -o poderes- y mejoras genéticas; enemigos desafiantes, aunque en su mayoría dementes, con una IA bastante primitiva, pero que cumple, ya que se curan, se esconden o huyen; y una historia bien narrada y absorbente.







Se echan de menos ciertas cosas, como aquella ambigüedad moral sobre la trama, que se ve reducida a matar Little Sisters, y obtener más ADAM, o dejarlas libres, y obtener un regalo. También tiene varios finales -aunque yo aún no he llegado a ver ninguno: simplemente me gusta demasiado pasear por Rapture como para largarme ya-, que cambian de acuerdo a tus acciones, pero que no creo que tengan mucha importancia.

Aún así, Bioshock es una experiencia muy recomendable, aunque no sea tan gran juego como la prensa "especializada" nos haya hecho creer. La ambientación -algo que, por desgracia, parece estar supeditado a la espectacularidad- es una de las mejores que han dado estos últimos años, además de resultar espectacular. El ritmo del juego es agradable, la curva de dificultad adecuada y se le presupone rejugabilidad por aquello de los dos finales.

Se echa en falta la posibilidad de jugar en cooperativo con otro jugador, algo más de variedad en los enemigos, la posibilidad de gestionar un inventario y la opción del sigilo como opción real de juego.

Para un análisis más detallado del Bioshock, desde la historia del proyecto a las características jugables, os recomiendo el excelente análisis de Santiago Lamelo, en la web del Grupo 97.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, yo no estoy de acuerdo conque "no sea una obra de arte" si su dirección artística es sobresaliente; O sea, un juego puede ser muy divertido o muy complejo o ofrecer muchas opciones pero no podrá ser arte si artísticamente es deficiente. Por contra, un juego, aun no ofreciendo tantas posicilidades y acciones como otros, puede ser arte si su dirección artística es buena. Si no,confundimos conceptos. ¿Una silla es "arte" cuando es robusta y funcional o cuando es bonita pero en cuanto te vas a sentar en ella el dueño te pega cuatro voces? pues aquí lo mismo.

Raul dijo...

Hola, anónimo -cachis, ya podrías haber puesto un nombre :P - En primer lugar, gracias por pasarte y opinar.

Lo que se plantea aquí es una cuestión interesante...

Vamos a ver, en el caso de la literatura, está claro de que es la forma, no el fondo, el que define a un escrito como arte. Pongamos por ejemplo, el Ulises, de Joyce. El libro no cuenta nada, un tipo que se da un paso por Dublín, y otro nota por ahí (hace tiempo que intenté leerlo y no lo recuerdo), pero es la forma de escribir, el cómo lo cuenta Joyce, lo que hace que el Ulises sea una obra de arte; luego, resulta que el Ulises es un coñazo.

Se acaba de estrenar (septiembre 2008) una película española titulada La Conjura de El Escorial, que tiene una dirección artística sobresaliente. Magnífica, oigan. La película es un truño: los personajes no están bien, la trama no está bien, la narrativa no está bien... La película no está bien, y no es una obra de arte, por muy buena que sea su dirección artística.

Por otro lado, Blade Runner tiene una dirección artística fenomenal, un gran diseño de producción, unas interpretaciones muy buenas, un excelente uso de la narrativa, un ritmo perfecto, una buena trama... Blade Runner -independientemente del montaje que se vea- es una obra de arte. utiliza todos los recursos del lenguaje cinematográfico para contar una historia.

En el caso del cine se ve claro que la dirección artística y la calidad artística de una película son independientes. En los videojuegos debería ser así, también.

No digo que Bioshock no sea un gran juego. Probablemente, de los mejores de 2007, que fue un gran año. Lo que no estoy dispuesto a aceptar es que sea una obra de arte, porque no llega a explotar todos los recursos de que disponen los videojuegos para llegar a ser arte.

Anónimo dijo...

No acabo de entender las razones por las que no consideras a Bioshock una obra de arte. ¿Que no explota todos los recursos de que disponen los videojuegos? Me pregunto si existe algún juego que los explote mejor. Lo más cercano sería Half Life 2.

Los videojuegos son interactividad y la grandeza de Bioshock reside precisamente en que su narrativa se saborea de forma interactiva. No voy a extenderme más porque no tengo muy claro qué significa para ti el arte en el mundo del videojuego (y el arte en general).

Se ha hablado mucho en los foros sobre este tema y, si de vez en cuando visitas alguno, es posible que conozcas este hilo: http://zonaforo.meristation.com/foros/viewtopic.php?p=10324792

En él, el autor explica de forma bastante elaborada su visión de por qué Bioshock es un paso adelante en la evolución del videojuego como medio narrativo.

Raul dijo...

Bioshock es un paso adelante en la narrativa "videojueguil", desde luego; desde el Mario Bros o el PacMan a esto hay tanta diferencia que no parece que sean el mismo medio.

Así, también Half Life 2 es considerado un buen exponente de narrativa en videojuegos.

En primer lugar, la vinculación del jugador con la historia no es original de Bioshock, sino que ya la presentaba, por poner un ejemplo, System Shock 2 (Bioshock es una "secuela espiritual", solo que no).

El ejemplo perfecto -y me temo que único, al menos que yo conozca- de narrativa integrada perfectamente como videojuego sería STALKER. Ahí, que el jugador realmente se entere de la historia, y no sea "ngañado" por el juego depende únicamente de sus acciones y decisiones. Y no hablo de un Juego de Rol, porque en estos, aunque tengas libertad de acción y movimiento, incluso con Causa-Consecuencia, el enterarse o no de la historia no suele depender más que de la atención que muestre el jugador.

De todas formas, me pasaré por ese hilo para ojear.

Un saludo, y gracias por la visita, Roy.