Battlestar Galactica


Battlestar Galactica es un remake de una serie de Ciencia Ficción de finales de los años setenta. Poco queda en el remake de aquella space ópera, la serie de televisión más cara de la época, salvo nombres y el punto de partida: la práctica extinción de la humanidad a manos de unos robots, los Cylons.


Bajo esta premisa, e intentando no desvelar nada más del argumento, nos encontramos con una serie sólida, con personajes humanos y bien construídos, con situaciones límite en las que sale a flote lo peor y lo mejor de cada uno, en una lucha no sólo por la supervivencia, sino también por la dominación.


Como vemos, puede incluso recordar a una película de zombies, o a un relato post apocalíptico: la humanidad derrotada debe unirse y luchar por sobrevivir, pero los intereses particulares y los personajes ruines y mezquinos no dudarán en sacar provecho de la situación. La diferencia es que en Battlestar Galactica no hay maniqueísmo: no están los personajes buenos y nobles enfrentados a los malos egoístas; todos los personajes son humanos -incluso los que no lo son-, y presentan una dualidad, luchas internas, dudas morales sobre el valor de lo correcto y de lo necesario.


La dualidad del carácter de todos los personajes consigue que pases de admirar la determinación de alguien a despreciar su poca moralidad... Así, personajes que eran simpáticos pasan a ser odiados y los malvados pasan a ser incomprendidos, por ejemplo.



En la serie se tratan temas de todo tipo (religiosos, políticos, económicos), con una perspectiva ambigua y no superficial. La situación de vivir bajo una amenaza constante, tanto externa como interna está perfectamente intergada en la historia. De hecho, es la historia, demás del metaargumento de la búsqueda de la colonia número 13.



Motines por la mala calidad de vida de los civiles; la sospecha y el desdén hacia los que son diferentes; la religión como camino de salvación enfrentado a la realidad del vacío del espacio; la responsabilidad y soledad del liderazgo; el peso del juuicio público a unas acciones necesarias pero crueles... Todo esto marca el desarrollo de una serie de ciencia ficción que, además, resulta tremendamente atractiva para el espectador.



Y no sólo porque esté llena de tipos atractivos físicamente, sino porque es muy entretenida: acción, romance, aventuras, batallas espaciales y terrestres, unos efectos especiales muy cuidados y acordes... El ritmo de la serie es constante -salvo en los consabidos episodios de relleno, ausentes en la primera temporada-, tenso, dinámico.


Volviendo al factor religioso, es de destacar la importancia que tiene en la serie, pudiendo ser considerado uno de los desencadenantes del conflicto: los humanos adoran a una serie de dioses (los Dioses de Kobold) en un culto politeísta, mientras que los Cylons siguen un fanático culto monoteísta. Así, la lucha por la dominación del enemigo tiene también tintes religiosos.


Y además tenemos a Gaius Baltar; sin duda, lo mejor de la serie.

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